Se dice, se rumorea, que apenas pasaron unos segundos, aunque ya se sabe cómo son estas cosas. Lo cierto, lo indudable, es que sucedió. ¿Por qué?, ¿Por cuánto?, sólo unos pocos lo saben, y se lo callan como perras. No obstante, resaltando lo anteriormente dicho, se ha de reconocer que dicho acontecimiento gozó de una importancia comparable a otras del mismo nivel, o similar. Prescindible o no, ahí están los números, los datos, esos datos tan necesarios que siempre nos acompañan.
No tardó mucho en resaltar sobre los demás, y eso se debió, dicen las malas lenguas, al binomio suerte-lácteos. Nadie supo certificar científicamente dicha relación, pero se convirtió en su forma de vida desde muy pronto, o muy tarde, según cómo se mire.
No es fácil resumir, pero se intentará.